Seguna entrega de la entrevista realizada por: Sandra Anchondo Pavón.
Después de los levantamientos de 1994, en México se reconoció, al menos con cierta formalidad, la pluriculturalidad que existía en el país. A partir de entonces se han ido haciendo reformas constitucionales que, al menos en un nivel teórico, garantizan el pleno acceso de los pueblos originarios a sus derechos, así como también insta a desarrollar sus culturas y a las organizaciones sociales que las sustentan. Sin embargo, en la práctica no se han logrado resolver las desventajas estructurales que viven los pueblos y personas indígenas. Persisten las dificultades para que gocen de todos sus derechos y es muy común que se privilegien los derechos individuales sobre los colectivos creyendo que si algunas personas que se auto adscriben como indígenas han logrado “salir adelante” vamos por buen camino.
SANDRA ANCHONDO– Sobre esto precisamente conversábamos la vez pasada ( véase primera entrega de la entrevista: "Hacia un México Unido con Identidad y Dignidad"), Candelaria. Gracias por aceptar platicar de nuevo sobre estos temas tan importantes para nuestro país. Cuéntanos, me decías que hoy en día ser indígena puede ser usado como un arma política, una manera de recibir prebendas, otro tipo de beneficios o cumplir cuotas ¿Qué opinión te merece esta situación?
CANDELARIA LÁZARO– Es verdad que mucha gente está confundida sobre lo que significa ser indígena. Se ha convertido en una moda, en una cuota. Y como dices es un arma política para acceder a beneficios del gobierno.
Sucede que tú puedes ser una persona con apariencia indígena, pero si no sabes de la comunidad o no representas sus intereses ni te mantienes en comunicación, esto se vuelve un problema. Parece que puedes hablar por ellos porque ya eres diputada o yo qué sé y ni te interesan. Te pongo un ejemplo. Vienen personas que nos piden 5 mil pesos para que llegue un beneficio porque conocen a personas de alguna organización o del gobierno y con eso nos lo van a traer el beneficio. ¿Tú crees que ese es un indígena?
Lamentablemente hay gente que no es indígena, que no comparte nuestros valores humanos, pero que usan la denominación “indígena” con fines lucrativos o políticos ajenos a los nuestros. Ya pasó que nos invitaron a sus organizaciones y con nuestra presencia legitimaron sus organizaciones, luego nos prometieron ayuda para nuestros problemas levantando listas y pidiéndonos dinero, pero todo quedó en promesa. El pasado nos enseñó que no podemos depender de personas ajenas con sus propios objetivos. Por más buenas que sean sus intenciones, a veces no nos conocen bien. Por eso consideramos importante volver a nuestros propios modos de organización, a las personas que consideramos sabias en nuestras comunidades, para que desde ahí logremos una organización auténtica y permanente.
Y yo también he estado en el senado de la República y en la cámara de diputados. Conozco, sé lo que puede hacerse desde ahí y lo que no. Me tocó revisar un proyecto sin ser experta. Solicité un externo y luego mandé un dictamen diciendo que no se cumplió el proyecto. Me pidieron “mi apoyo” para decir que el proyecto era correcto. Me fui a llorar a mi casa y le dije a mi mamá “me duele el corazón”. Ella me dijo vete al doctor no te vaya a dar un infarto, pero no me dolía de enfermedad, me dolía de tristeza.
Desafortunadamente las comunidades indígenas se han visto afectadas por las organizaciones institucionales que sólo han servido para dividirnos e ir perdiendo nuestra cultura.
SANDRA ANCHONDO– ¿Por qué razón crees que pasa esto aún después del reconocimiento de la autodeterminación y autonomía de los pueblos y comunidades originarias, Candelaria? ¿Por qué esta necesidad de mediación?
CANDELARIA LÁZARO– Llega mucha gente queriendo persuadir. Hay mucha persuasión, contándonos cómo viven en otro lado y a fuerzas te quieren meter su idea. Por eso, en el Gobierno Nacional Indígena lo primero que tenemos que hacer es despertar la conciencia. Todo mundo tiene conciencia, aunque se haya dormido con los medios de comunicación y la política.
La primera acción es despertar la conciencia primero enseñándole a la gente que tiene que reconocer a sus autoridades tradicionales. Hacer que todos en la comunidad vuelvan a reconocer sus valores morales y humanos. Después, a través de los usos y costumbres, debemos normalizar el respeto a nuestras autoridades, unificar a los pueblos originarios, cuidar entre todos nuestros territorios y desarrollar acciones para fortalecer nuestra cultura y nuestras formas de vida y organización. Necesitamos hacer conciencia y fortalecernos.
SANDRA ANCHONDO– ¿Cuál sería el siguiente paso, después de la toma de conciencia?
CANDELARIA LÁZARO– Es importante recuperar los valores como decía, pero también saber que lo que estamos demandando son nuestros derechos, no otra cosa. En nuestro país es muy vergonzosa la mala distribución de los recursos. La reciprocidad no existe en nuestro país y lo que sucede es que los funcionarios terminan creyendo que nos dan dádivas y no que están garantizando nuestros derechos.
En el gobierno nacional indigena recuperamos valores basados en los usos y costumbres, entre ellos la solidaridad, la transparencia y el servicio. Yo nunca le he puesto precio a mi trabajo. Mi abuela me enseñó a aprovechar las oportunidades para aprender, si te pagan o no te pagan no es lo importante. Si alguien te dice “recógeme la basura”, vas y rápido recoges la basura de la mejor manera posible. Y si más adelante te contratan, vas a saber. Si luego te dan un trabajo de maestra, no te olvides de recoger la basura. Y así aprendí a ser feliz. A no poner precio a mi trabajo y a sentirme feliz de que me den la oportunidad de ser útil, de servir. Yo no pongo precio y a veces he salido ganando más de lo que tenía como expectativas.
SANDRA ANCHONDO– Después de la toma de conciencia, viene entonces el servicio. En este sentido, Candelaria ¿Cuál es el servicio del Gobierno Nacional Indígena a los pueblos?
CANDELARIA LÁZARO– Yo no he visto ninguna organización parecida. En mi estado hay 32 organizaciones que asesoro y ninguna tiene una perspectiva como la del Gobierno Nacional Indígena. Esto yo lo diseñé como yo entendí que era bueno para nosotros.
He viajado, limosneando; pero viajé por todo el país para pensar cómo unificar y reactivar la capacidad autogestiva de los pueblos originarios. Queremos asegurar la economía y el crecimiento desde el respeto a nuestros propios valores.
Nosotros ya hicimos un sello, una marca que se llama “Mírame” con el objetivo específico de fortalecer la autonomía de los indígenas y servir como un mecanismo facilitador para conocer los instrumentos legales que protegen sus derechos y mantienen su identidad.
SANDRA ANCHONDO– En el fondo es muy simple lo que propones, por eso es tan brillante: volver a su realidad. Partes de lo que es propio y natural, sin necesidad de conceptualizar demasiado o idear planes artificiales para los pueblos ¿cómo llegaste a esta sistematización y a este orden que le has podido dar al gobierno Nacional indígena?
CANDELARIA LÁZARO– Así es: en lugar de estar “concepto tras concepto”, que lo único que hacen es estigmatizarnos. El mío es un aprendizaje cotidiano. Tuve la oportunidad de aprender el método de Konstantin Stanislavsky, con el que aprendes y enseñas. Muy interesante. Y yo he intentado aplicarlo en las organizaciones porque tenemos que tener una sistematización para que todo el mundo logre verlo y tenemos que aprovechar la experiencia.
El gobierno indígena nace con un estatuto, con una regla, con un modelo de acta de asamblea. En todos los pueblos indígenas cuando no llegaban las normas y formas de las instituciones nosotros nos organizábamos en la comunidad. Se hacía la asamblea, se escogía a una persona con alta moral para dirigir la comunidad y que estuviera al pendiente: si había un accidente, si había un problema en el que se tenía que juzgar a alguien. Se convocaba a la comunidad y, entre todos, decidían cómo se tenía que pagar esa deuda con la comunidad. Después nos querían mandar, ya con las instituciones, pagar por decir 10 pesos para toda la comunidad, cuando se repartía nos tocaban 5 centavos. Como no alcanzaba para nada, se tenía que elegir a quién se los vamos a dar. Todo el mundo estaba ansioso de tener esos 5 centavos y se creaban conflictos en la comunidad gracias a esos 5 centavos que el gobierno decidía mandar al pueblo y que no iban a resolver ninguno de nuestros problemas. Luego decían “bueno, pues si quieren vayan y pídanlo ustedes”. Íbamos y lo pedíamos y resulta que no nos los daban porque nos decían que no teníamos un acta, un domicilio, una cuenta de banco. Nos decían “usted no existe”. Así que dije vamos a hacer que existamos. A través de una organización civil, presentamos ya nuestra propuesta, amparados con notario público que dice que sí que sí existimos y cuántas personas somos.
Empezamos a organizarnos en la comunidad y como queríamos que nos vieran. Después éramos de todo el municipio. Luego, de todo el Estado, de todo el país... y así nació el Gobierno Nacional Indígena.
SANDRA ANCHONDO– ¿Quiénes lo conforman, Candelaria?
CANDELARIA LÁZARO– Es una organización netamente indígena, social y política. Está formada por ancianos, jefes supremos, parteras, rezadores, hueseros, líderes naturales, artesanos. Todas las personas dedicadas a la defensa del territorio y cultura originarias.
El trabajo que se tiene que hacer es territorial. Es importante saber cuántos indígenas hay en Tucta por ejemplo. El territorio es la expansión de la gente y de lo que hace la gente.
Necesitamos valorar el espacio del traspatio para sus animales, la extensión de la tierra para los cultivos y también identificar si hay agua, si hay ciruelos, mango, aguacate que permitan que esté sano el entorno. Si tumban sus árboles, pues ya no va a haber agua en los arroyos. Todo eso es lo que está en la rama de la biología.
Creamos esta organización con base en los derechos que tenemos vigentes en la constitución del país, de los Estados y los Tratados Internacionales y volvimos a las personas que consideramos sabias y buenas en nuestra comunidad para formar una organización auténticamente nuestra. Somos una organización apartidista, abierta al diálogo, queremos defender nuestros territorios sin confrontarnos.
SANDRA ANCHONDO– La atención a los pueblos originarios es uno de los retos más importantes que tiene nuestro país ¿qué sugerencias tienes para empezar a construir en este sentido?
CANDELARIA LÁZARO– A veces los pueblos indígenas más que ayuda, necesitan libertad y respeto. Apoyo sí, pero no es verdadera ayuda. Y no todo es culpa del gobierno, hay que pensar en soluciones, no nada más en echar culpas, sino en verdaderamente plantear cómo solucionar lo que nos afecta.
Me gustaría que empezáramos a hablar de cosas hermosas: “¿ya viste aquel árbol, ya viste esas flores?” en lugar de estar quejándonos o comparándonos. Hablemos de nuestra familia y de nuestro entorno, de lo que nos de amor y unión. Que dejemos de criminalizarnos y estar pensando en quién se va a quedar con los territorios donde hay ámbar en Chiapas, donde hay petróleo en Tabasco, donde hay minas en Nayarit. De eso también tenemos que hablar. Es mucha la ambición. Yo tengo la intención de crear puentes, por eso el Gobierno Nacional Indígena toma lo que nos une y trabaja por la fuerza común. Estamos en eso.