7/5/2023
¿Qué es la Inteligencia Artificial? Una aproximación fenomenológica
Juan Pablo Viola
Las máquinas de Inteligencia Artificial no tienen ni mundo ni cuerpo (humano), dado que "piensan" y "hablan" desde un sitio atemporal, ahistórico

La Inteligencia Artificial (IA) es una cosa. Por lo tanto, el GPT-4-Chat es una cosa. Esta simple pero fundamental tesis tiene muchas consecuencias sobre la inteligencia y el conocimiento que desarrollaré en este artículo.

En primer lugar, es un hecho que una cosa no puede pensar, lo que significa que no tiene la capacidad de, en términos generales, realizar lo que la inteligencia humana puede realizar. Sin embargo, algunos de mis lectores argumentarán que el GPT-4-Chat realmente puede pensar "artificialmente", es decir, tiene la habilidad de responder a cualquier tipo de pregunta, incluso algunas difíciles. Y eso es cierto, pero hasta cierto punto.

Es un hecho también que a día de hoy el Chat de IA puede interpretar el lenguaje humano y responder a preguntas intrincadas de manera rápida y aparentemente “inteligente”. Entonces debo conceder que una máquina puede "pensar". Sin embargo, en el entorno de Machine Learning, el concepto de "inteligencia" es esencialmente reducido. ¿Por qué? Porque, por un lado, las personas son capaces de experimentar lo que pueden pensar, y, por otro lado, son los únicos seres en el universo con la capacidad de sentir "eso" que piensan, mientras que las máquinas no.

¿Qué implica esto? Pues, muchas cosas, como, por ejemplo, que el proceso de usar la mente no se limita a ejecutar la acción de asociar conceptos con significados en una proposición sintácticamente correcta. Realizar un acto de inteligencia va mucho más allá, ya que una de las características más importantes del pensamiento humano es esencialmente vivir la experiencia de pensar, en la que se siente y considera, a través del flujo mental de los pensamientos, el propio ser personal.

Además, cualquier acto humano intelectual está inherentemente encarnado, o para decirlo mejor in-corporado, no solo en el cerebro sino también en un cuerpo masculino o femenino.  Esto afectará necesariamente la forma en que entendemos algo y, sobre todo, la forma en que usamos nuestro lenguaje. Se puede afirmar, entonces, que cualquier lenguaje humano está orientado por el cuerpo, lo que es lo mismo que decir que está orientado por el sexo de ese cuerpo y, en sentido más general, por la moral del agente que corporalmente piensa y ejecuta una acción.

Además, si alguien (o algo) no puede experimentar lo que piensa, entonces no puede saber lo que sabe. Pensar algo es experimentar la propia conciencia y lo que la afecta desde adentro y desde afuera. Además, hacer la experiencia de uno mismo es, metafóricamente hablando, tener interioridad, esto es, tener subjetividad. Así, ser sujeto es poseer valores, emociones, compromisos morales, sentimientos de amor, miedo, deseos, etc. Una inteligencia subjetiva es, deductivamente y como decía Zubiri, una inteligencia sentiente. Por lo tanto, las máquinas con IA son objetos que pueden “hablar” y hacer asociaciones semánticas “mecánicas” y sin sentimientos, como el legendario Golem. Podemos llamarlos "objetos racionales", entendiendo aquí la racionalidad como la capacidad de entrelazar conceptos en una sintaxis, y expresarlos en proposiciones significativas para los humanos.

Habiendo dicho esto, aunque pueda parecer obvio, un objeto de IA no puede asumir la responsabilidad de lo que dice o, dado el caso, de lo que obra. Además de todo esto, algo que no puede experimentar sus pensamientos carece completamente de la capacidad de experimentarse a sí mismo en el espacio y en el tiempo, es decir, en un mundo y, en consecuencia, en un cuerpo (humano). La palabra "mundo" aquí se refiere a algo extramental inherente a la condición humana en la que se puede llevar a cabo la existencia. Por esta razón, las máquinas de Inteligencia Artificial no tienen ni mundo ni cuerpo (humano), dado que "piensan" y "hablan" desde un sitio atemporal o ahistórico y no dimensional.

Como se sigue lógicamente de lo expuesto, las IA no pueden decir "yo" porque no pueden saber lo que están pensando, es decir, no tienen conciencia. En otras palabras, al carecer la IA de un ego, de una identidad. Pero ¿qué pasa con las respuestas de una IA? Esta es una pregunta interesante. Sin embargo, puedo afirmar que, por ahora, no tienen ni una sola idea del significado de lo que muestran en una pantalla, y solo un interlocutor humano puede comprender cabalmente lo que se escribe en el monitor de la computadora. Pero ¿no se dijo que la IA puede aprender? Nuevamente, depende. Pueden aprender si y solo si aprendizaje significa la acción de asociar y organizar con sentido humano definiciones almacenadas manualmente. Lo que la IA no puede hacer es significar algo por sí misma, simplemente porque, como acabamos de decir, la IA no tiene un yo, una conciencia que pueda entender la referencia de un signo. El aprendizaje aquí no sería otra cosa que acumular nuevos datos en una memoria física y darles un contenido semántico para responder con mayor precisión a nuevas preguntas de interlocutor humano.

La IA GPT-4 Chat está limitada, por tanto, a seguir un estricto y rígido conjunto de reglas sintácticas y mantenerse atada a ese marco finito para siempre. Eso emula lo que los humanos llamamos lenguaje. Sin embargo, propiamente hablando, para la máquina misma no es más que una acumulación aleatoria de conceptos vacíos.

Para nosotros los humanos, un lenguaje es por sí mismo potencialmente infinito y una entidad viva, por lo tanto, no es como solían afirmar los estructuralistas: un sistema cerrado de reglas, una sintaxis. En efecto, se puede analizar un lenguaje en sus estructuras y capas, y establecer normas y reglas de buen uso, pero no se lo puede reducir a ellas. Y en un nivel superior, se puede asignar un significado a un concepto y ordenar a la IA que los asocie cada vez que aparezcan en una oración, pero la asociación del significado no es natural sino mecánica. El “lenguaje” en el que responde la máquina no es el lenguaje natural vivo que hablan los humanos, aunque sea comprensible y elaborado.

Por último, aunque la IA es una herramienta fascinante, de gran ayuda para todos y constituya un gran avance en el progreso humano material, en mi opinión, es una especie de enciclopedia sofisticada, ingeniosa y de primera calidad, con la peculiar capacidad de procesar proposiciones significativas para un interlocutor humano. Esto no disminuye la importancia del GPT4-Chat como herramienta, sin embargo, mi postura es que debería presentarse como lo que es: otro utensilio tecnológico más para tratar con creatividad, pero también con mucha sensatez.

Juan Pablo Viola
Filósofo
Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra y Profesor de Filosofía por la Universidad Católica de Santa Fe (Argentina). Especialista en filosofía antigua, fenomenología husserliana y francesa, en particular en la filosofía de Emmanuel Levinas.
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